jueves, 20 de marzo de 2008
SOBERANÍA DE VENEZUELA EN EL GOLFO Y EN LOS MONTES DE OCA. II Parte
II. PARTE
2.- EL LAUDO ESPAÑOL DE 1891 Y LA FIJACIÓN DEL COMIENZO DE LA FRONTERA
La Reina de España, doña María Cristina, en su sentencia del 16 de marzo de 1891, no tomó en cuenta títulos inobjetables porque favorecerían a Venezuela, entre ellos la capitulación de los Belzares de 1528 y decenas, y aun centenares, de títulos consistentes en nombramientos extendidos por la Corona a funcionarios gubernamentales de la Provincia del Golfo de Venezuela y Cabo de la Vela, es decir, que abarcaba las áreas del Golfo y de la Guajira.
Esta extensión provincial vino a sufrir una disminución legal como consecuencia de la fundación de la ciudad de Ríohacha, enclave entre Venezuela, por el este, y Santa Marta, por el oeste. Pero esta disminución de todas maneras daba y dio definitivamente a Venezuela un límite occidental muy preciso, pues por Reales Cédulas inobjetables fechadas en 1547, 1563, 1568 y 1577 fue establecido y ratificado el lindero entre Venezuela y Ríohacha formado por una recta trazada norte-sur a ocho leguas (44 km) de esa ciudad. O sea, a unos 55 km al oeste del cabo de la Vela.
Pues bien, la omisión de tantos, tan claros y tan inobjetables títulos por parte del Real Árbitro respondió a su abierta política de favorecer a Colombia.
Restringiéndonos a la Sección Primera del laudo, la que cubre tanto a la Guajira como a los Montes de Oca, el árbitro fundamentó la sentencia, para los efectos de delimitación, en el Acta de Sinamaica del 1° de agosto de 1792, pero invirtiendo el sentido de la línea, describiéndola de norte a sur en los siguientes términos:
Sección Primera. Desde los Mogotes llamados los Frailes, tomando por punto de partida el más inmediato a Juyachí, en derechura a la línea que divide el Valle de Upar de la provincia de Maracaibo y Río de el Hacha, por el lado de arriba de los Montes de Oca, debiendo servir de precisos linderos los términos de los referidos montes por el lado del Valle de Upar, y el Mogote de Juyachí por el lado de la serranía y orillas de la mar.
Debemos insistir en que, como quedó explicado arriba, el legítimo lindero de Venezuela con Ríohacha (Colombia) iba en línea recta norte-sur a ocho leguas, o 44 km, de esa ciudad, y en 1891 el árbitro lo sustituyó con la línea de Sinamaica, Pero también el árbitro prescindió, aun después de adoptar esa divisoria municipal, de las funciones específicas asignadas legalmente a Sinamaica como villa fronteriza de indios alzados, en virtud de las cuales, y por mandato expreso del Soberano, ejercía su jurisdicción sobre la mayor parte de la Guajira, confirmando de esa manera los títulos primitivos de Venezuela.
Estas omisiones obligan al Gobierno venezolano a exigir aún con mayor vigor la estricta aplicación del laudo en los sectores no demarcados, comoson: el comienzo de la frontera terrestre en el mar, y el correspondiente a los Montes de Oca.
Dado que los Mogotes de los Frailes, como se comprobó en 1900, no se hallan en el borde guajiro sobre el Golfo de Venezuela, hay que buscarlos donde los documentos antiguos sitúan la zona de mogotes: en el litoral guajiro sobre el Mar Caribe. Así, la "Descripción de las Islas de Indias", documento escrito hacia 1566, nos los señala:
"Cavo de la Vela"; el Farallón es un monte con un paredón que está a una legua antes de llegar al Cabo de la Vela, y bate la mar en él, y el Cabo hace la tierra tres o cuatro mogotes".2
Asimismo, como resultado de la expedición científica comandada por el Brigadier de la Armada, Joaquín Francisco Fidalgo, al frente de los bergantines Empresa y Alerta (1793-1802), fueron localizados mogotes y "cerritos bajos amogotados" en la costa comprendida entre Punta Espada y Bahía Honda.3
A la circunstancia de que es la costa guajira sobre el Mar Caribe la que presenta los típicos mogotes señalados por el laudo al decir que están "por el lago de la serranía y orillas de la mar", se agrega que desde esa costa, y no desde el Golfo de Venezuela, se puede trazar, en cumplimiento estricto del mandato del árbitro, la línea "en derechura", es decir, la recta hasta la divisoria entre Valledupar y Ríohacha, o los límites de los departamentos del Cesar y Guajira, costeando el lado occidental de los Montes de Oca, como también obliga el fallo.4
La especificación de que el Mogote descrito como comienzo de la frontera debe estar próximo a Juyachí no ofrece dificultad, pues Juyachí, en apariencia nombre propio, es un genérico, que en lengua guajira significa "esta agua", lo que es aplicable a toda cacimba o manadero de la tierra seca que tipifica la costa sobre el Caribe.5
Se deduce, por consiguiente, que el laudo español fijó el comienzo de la frontera terrestre, con su obvia consecuencia en la marítima, no en la costa sobre el Golfo de Venezuela, sino en la del Caribe donde se hallan los típicos mogotes, originados, por cierto, por la erosión del viento. Dada la abundancia de mogotes en la costa guajira sobre el Caribe, es curioso que el Diccionario Geográfico de Colombia sólo recoja los existentes en otros departamentos colombianos.6
Notas:
2. En Antonio B. Cuervo, Colección de documentos inéditos sobre la Geografía y la Historia de Colombia (Bogotá: 1891); t. I, pp. 507-514;
3. En íd. íd., pp. 17-305, con el título "Expedición Fidalgo".Derrotero de las costas de la América Septentrional". Así, en la p. 24, dice: "A más de las tierras de Macuire, Chimare, Aceite y Juijaime, ya expresadas, hay a lo largo de esta costa, y poco distante de ella, cordillera de cerritos bajos amogotados que teniendo principio en las proximidades a la punta de Espada terminan en la inmediación de Bahía Honda". Más adelante, refiriéndose al monte, o cerro, Juijaime, dice que está "internado en las tierras 15 millas escasas; es alto, aunque más bajo que las sierras de Aceite, y su cumbre termina en dos mogocitos redondos que entre sí forman costa quebrada". Describe varios cerros que también merecen ser estudiados como mogotes: Así, p. 33: La Pirámide o Pan del Cabo de la Vela (es la forma del papelón o pan de azúcar), al oeste de Portete; p. 34: entre boca de Portete y el frontón occidente al del Cabo de la Vela sitúa "un cerrito de cumbre redonda cuyo punto superior dista de la costa una milla y dos décimas"; describe la "Pirámide o Pan del Cabo de la Vela en forma de "pilón de azúcar" con "cumbre redonda", y hacia el O.S.O. varios "cerritos y lomitas" entre los que distinguen dos "por su forma de mesa y cono"; menciona los Castilletes occidentales (p. 38) y el Cerrito de los Remedios como "pequeños, redondo, de poca altura, y a cuatro millas de la costa (p. 45). En toda esta costa desde Punta Espada y el oeste del Cabo de la Vela describe la existencia de cacimbas (nombre que bien se corresponde con el término guajiro "juyachí").
4. Una vez que en cumplimiento de la ley colombiana N°19 de 1964, en su artículo 1°, y por decreto 1.399 de 1965, el Instituto Geográfico "Agustín Codazzi", previos los trabajos necesarios, determinó los límites entre los departamentos de Guajira y Magdalena, toda investigación sobre cuáles eran los linderos entre Valledupar y Riohacha está de más. El mencionado instituto, de cuya directiva forman parte ex oficio varios ministros del Gabinete, carecía de facultades para modificar el territorio de las antiguas jurisdicciones, Valledupar (Departamento del Magdalena) y Riohacha (Departamento de la Guajira). La ley de 1964 ordenaba expresamente que no se introdujera modificación en cuanto a los respectivos territorios. En 1967 se desprendió del Magdalena el departamento del Cesar (Valledupar), de manera que la línea que divide al Cesar de la Guajira tiene que corresponder con la divisoria de las jurisdicciones adonde, según el laudo español, debe ir la frontera en derechura desde el Mogote de Juyachí. Dicha línea que divide las mencionadas jurisdicciones pasa al sur de Cerro Pintado (3.300 m), a partir del cual comienzan los cerrejones hoy llamados los Montes de Oca.
5. En el Diccionario de la Lengua Guajira, de Miguel Angel Jusayú (Caracas; UCAB, 1977), hallamos las voces:
Juya: lluvia, estación lluviosa (substantivo absoluto)
Chi: este; se usa después del nombre (etkaichi = este perro).
Chi: el; se pone antes de otra palabra (chi wané = el otro).
6. El Diccionario Geográfico de Colombia (Bogotá: Instituto Geográfico "Agustín Codazzi", 1971) cita varios mogotes en los departamentos de Santander, Cundinamarca y Boyacá, pero ninguno en la Guajira. Tampoco trae el topónimo Juyachí.
Como quiera que se nos ha preguntado sobre el significado del vocablo mogote bien vale la pena que nos extendamos en la presente nota. J. Corominas, en su celebrado Diccionario Crítico Etimológico de la Lengua Castellana, dedica al vocablo mogote cinco densas columnas (T. III, pp. 404-406), lo cual revela la complejidad del tema. Corominas llega a la conclusión: "lo más probable es, pues, que sencillamente un vasquismo relativamente moderno, perdido luego en la lengua de origen.Claro está que no lo podemos asegurar, pero de todos modos parece seguro que en una forma u otra existe parentesco con esta raíz vasca".
La raíz vasca a la que hace referencia es moko, que significa punta, extremidad, y pico de ave. De ella se deriva mokoti, en la que ti es sufijo con el cual se forman adjetivos caracterizados por la cosa indicada por el primitivo. Así: basoti, de baso (monte), significa montaraz; adurti (baboso), egiti o egiati, derivado de egia, que significa verdad, se traduce en verdadero. Mogote es muy empleado en la toponimia navarra, en la argentina y en lo de la costa atlántica hasta los Andes. Mogote pertenece al español moderno común, como en Cataluña mogot.
En 1783 el diccionario de la Real Academia de la Lengua registraba el vocablo con la siguiente definición: "entre navegantes es el monte aislado cuya cima es llana"; en 1817, en cambio, lo definía como "montículo aislado, de forma cónica que remata en punta"; en 1914-1936 la definición era: "montículo aislado, de forma cónica y rematado en punta roma".
Diez relaciona el vocablo con el aragonés buega, que significa mojón, linde.
Esa voz es variante del vasco muga.
Nosotros agregaríamos que también en Navarra es muy usado el vocablo muga en sentido de término de un pueblo: la muga de Falces, la de Caparroso, la de Marcilla, etc.
Sin embargo, Corominas asienta: "no sabemos que en lugar alguno mogote haya significado mojón, ni linde (p. 4095, col. 1°). Señala que el portugués H. Das Nieves insiste en que la voz portuguesa mogo significa mojón que deslinda terrenos, pero no aduce pruebas concluyentes. Y agrega Corominas que, por lo contrario, Julio Moreira le encontraba un parentesco con el vocablo portugués magote, que significa bandada, pequeño grupo de personas o cosas, y que antiguamente mogote habría significado montón.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua, edición de 1970, repite la definición de 1914-'36. Como segundo significado del vocablo da el siguiente: "hacina o montón de haces de forma piramidal". La Enciclopedia Universal Sopena reproduce las definiciones del anterior, y añade que en Colombia significa tepe, trozo de césped; y en Puerto Rico, montón, bulto, lío. Cita entre los topónimos a: El Mogote, península de México en la costa este de la Baja California; Mogotes, municipio en el departamento de Santander, Colombia; Mogotes, cantón de la República de El Salvador; Punta Mogotes, punta o cabo de la provincia de buenos Aires, Argentina.
El vocablo mogote aparece con frecuencia en los cronistas y en documentos descriptivos coloniales, Citemos algunos ejemplos: "En la ciudad de Pamplona del Nuevo Reino había algunos vecinos... que habían estado en Venezuela y de ella habían pasado al Reino por la falda de la cordillera... en la cual habían ciertos mogotes o cumbres de sierra metidas en la propia cordillera, nevados, de suerte que por la mucha nieve que sobre ellos caía y todo el año había, se veían y divisaban desde muy lejas tierras" (Recopilación Historial de Venezuela, Caracas: 1963; T. II, p. 377), del cronista neogranadino Fray Pedro de Aguado.
En relación de Nuestra Señora de Caraballeda y Santiago de León (1578): "La Orchila está norte-sur, en el cabo de la Codera, y esta isla muestra un mogote un poquito alto. Isla de Aves muestra dos o tres mogotillos menos altos" (Edición de Arellano Moreno, Caracas: 1964; p. 136).
En las notas 2 y 3 mencionamos otros documentos coloniales. Atribuimos especial importancia al "Derrotero" de la expedición de Fidalgo, contemporáneo del Acta de Sinamaica, donde por vez primera hallamos el topónimo Mogotes de los Frailes.
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