El Informe de Edgar C. Otálvora
Edgar C. Otálvora El Nuevo País VL lunes, 17 de dic de 2007
La delimitación en el Golfo de Venezuela podría verse afectada por una sentencia de la Corte de La Haya *** El pleito Chávez-Uribe aleja una posible solución bilateral en el Golfo *** Brasil busca evitar la anarquización de Bolivia Al otro lado del Atlántico,
el pasado jueves en la mañana, fue emitida una decisión judicial que en el futuro pudiera comprometer la soberanía venezolana sobre el Golfo de Venezuela y, sobre la proyección venezolana en el Mar Caribe. Si bien la decisión no está directamente relacionada con Venezuela, sino con Colombia y Nicaragua, se trata de un caso judicial internacional que pudiera convertirse en precedente para futuras acciones de Colombia en relación a las aún no delimitadas aguas del Golfo de Venezuela.
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La Corte de La Haya falló sobre el tema de la diferencia histórica que Colombia y Nicaragua han mantenido sobre la titularidad de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Igualmente decidió sobre los cayos de este archipiélago y, de las zonas marinas y submarinas sobre las cuales generan derechos estas islas y formaciones. Además, explícitamente, la sentencia de La Haya afirmó la competencia de esa Corte para en un futuro tratar y decidir sobre el tema de la delimitación entre Colombia y Nicaragua, en caso de que ambos países no alcancen un acuerdo al respecto.
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La sentencia de La Haya confirmó la soberanía colombiana sobre San Andrés, Providencia y Santa Catalina con lo cual Colombia se apuntó una victoria sobre el tema. Pero la corte internacional igualmente rechazó la posición colombiana sobre varias materias. Colombia considera que las formaciones menores del Archipiélago son colombianas. La Corte dijo "no" y decidió que Colombia deberá demostrarlo en el juicio. Colombia afirma que la delimitación entre Nicaragua y Colombia (a partir de la propiedad colombiana de las islas) ya está resuelta. La Corte dijo "no" y ordenó que luego de definirse la titularidad de los cayos, deberá iniciarse un proceso de delimitación. Colombia considera que La Corte no tiene competencia para intervenir en la delimitación. La Corte dijo "no" a Colombia y se declaró competente sobre la materia. Parecen temas lejanos, pero no lo son.
Ante Venezuela, Colombia ha recurrido desde el siglo XIX a mecanismos internacionales (no bilaterales!!!) para dilucidar las diferencias limítrofes. El camino de apelar a un tercero como la Corte de La Haya, ha sido propuesto por Colombia en diversas ocasiones desde los años 60 del siglo pasado, para buscar una salida a la delimitación en el Golfo. En el caso del Golfo, Colombia mantiene una posición diametralmente inversa a la sostenida en el caso ante Nicaragua.
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Para quienes estudian el tema de la delimitación de las áreas marinas y submarinas entre Venezuela y Colombia, el proceso de La Haya es un tema de seguimiento obligatorio. La probabilidad de que los dos países no alcancen un acuerdo sobre el Golfo es un horizonte bastante realista, pese a que el presidente Hugo Chávez en agosto pasado afirmó que era posible alcanzar una solución en breve plazo. Sin embargo, la actual crisis en las relaciones entre Caracas y Bogotá pareciera alejar aún más la posibilidad de que a corto plazo el tema del Golfo alcance alguna suerte de avance bilateral.
No pareciera que el actual gobierno colombiano esté en la onda de dedicarse al tema del Golfo de Venezuela, sumando un nuevo tema de tensión con Caracas. Lo del arreglo de la delimitación del Golfo, expresado en agosto pasado, habría sido un anuncio inconsulto hecho por Chávez desde Bogotá, el cual sorprendió y extrañó incluso al gobierno colombiano. El mantenimiento de un modus vivendi de ambos países en el Golfo garantiza que el tema delimitador se mantenga, por ahora, con baja presión. Incluso el gobierno Chávez dio marcha atrás, hace dos años, a su proyecto de otorgar concesiones petroleras en áreas bajo disputa con Colombia. Pero la sentencia de La Haya queda como un precedente sobre la perspectiva que reina en la corte internacional sobre temas de delimitaciones no resueltas en América.
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El caso por parte de Colombia ante La Haya está siendo conducido por Julio Londoño Paredes, actual Embajador colombiano en La Habana. Londoño comenzó a asesorar a la Cancillería colombiana desde los años setenta. Fue Canciller del gobierno de Virgilio Barco a partir de 1985. Fue el autor intelectual de lo que concluyó en la "Crisis de la Corbeta Caldas". Es un renombrado autor de textos sobre la delimitación de las fronteras colombianas. Junto a Londoño, está actuando Guillermo Fernández de Soto, vicecanciller en los años 80 y Canciller durante el reciente gobierno de Andrés Pastrana. De Soto fue el primer Secretario Ejecutivo de la parte colombiana de las Comisión de Asuntos Fronterizos Colombo-Venezolanos creada en 1989 por Carlos Andrés Pérez y Virgilio Barco. La presencia de ambos en el equipo que guía la estrategia ante Nicaragua, es uno ejemplo de la continuidad que el Estado colombiano mantiene en el tratamiento de sus temas limítrofes.
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La situación política boliviana alcanzó en las últimas horas una dimensión de crisis nacional. El gobierno de Evo Morales decidió aprobar, a toda costa, un texto de nueva Constitución. Si bien el texto ahora deberá ser sometido a referendo, los mecanismos de los cuales se valió el gobierno para votar y aprobar el texto, ha roto los pocos puentes institucionales que existían entre la oposición y el oficialismo.
La confrontación gobierno-oposición en el caso boliviano, posee un componente adicional que ha radicalizado la situación. El poder que la oposición mantiene en las regiones de la llamada Media Luna (los departamentos de Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando) en la fachada amazónica y brasileña de Bolivia, se ha convertido en un virtual movimiento secesionista. Lo que comenzó como movimientos federalistas de reivindicaciones regionales en procura de autonomía administrativa, han derivado en tendencias que rechazan a Morales y al modelo político centralista que promueve al Presidente. En medio del conflicto interno, Venezuela está presente como un actor dado el apoyo financiero, político y en servicios que tanto venezolanos como cubanos están prestando para apuntalar al gobierno de Morales.
En este contexto, Brasil y Chile han decidido involucrarse directamente para tratar de dar estabilidad a la tambaleante situación boliviana. Lula da Silva se prepara para viajar a La Paz y sellar acuerdos con Morales, quien recibe con brazos abiertos las nuevas inversiones brasileñas. Brasilia entiende que Bolivia forma parte de su inmediata zona de influencia y no está dispuesta a permitir la anarquización de su principal proveedor de gas.
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El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, está resultando un bullicioso rival de Hugo Chávez, en lo tocante a la autoría de polémicos asuntos. El ecuatoriano se ha adjudicado en los últimos meses, por lo menos dos ideas que igualmente Chávez reivindica como propias. Correa sostiene que es de su autoría la idea de eliminar la autonomía del Banco Central de Venezuela, tema que formara parte de la derrotada reforma constitucional presentada por Chávez. Según Correa, la idea se la expresó a Chávez en enero pasado en Caracas y el venezolano la asumió como propia. El ecuatoriano igualmente se adjudica como propia la idea de abandonar el dólar como moneda para las ventas de la OPEP. Oficialmente este es una propuesta hecha por Irán y Venezuela.
http://www.venezolanosenlinea.com/
Edgar C. Otálvora El Nuevo País VL lunes, 17 de dic de 2007
La delimitación en el Golfo de Venezuela podría verse afectada por una sentencia de la Corte de La Haya *** El pleito Chávez-Uribe aleja una posible solución bilateral en el Golfo *** Brasil busca evitar la anarquización de Bolivia Al otro lado del Atlántico,
el pasado jueves en la mañana, fue emitida una decisión judicial que en el futuro pudiera comprometer la soberanía venezolana sobre el Golfo de Venezuela y, sobre la proyección venezolana en el Mar Caribe. Si bien la decisión no está directamente relacionada con Venezuela, sino con Colombia y Nicaragua, se trata de un caso judicial internacional que pudiera convertirse en precedente para futuras acciones de Colombia en relación a las aún no delimitadas aguas del Golfo de Venezuela.
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La Corte de La Haya falló sobre el tema de la diferencia histórica que Colombia y Nicaragua han mantenido sobre la titularidad de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Igualmente decidió sobre los cayos de este archipiélago y, de las zonas marinas y submarinas sobre las cuales generan derechos estas islas y formaciones. Además, explícitamente, la sentencia de La Haya afirmó la competencia de esa Corte para en un futuro tratar y decidir sobre el tema de la delimitación entre Colombia y Nicaragua, en caso de que ambos países no alcancen un acuerdo al respecto.
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La sentencia de La Haya confirmó la soberanía colombiana sobre San Andrés, Providencia y Santa Catalina con lo cual Colombia se apuntó una victoria sobre el tema. Pero la corte internacional igualmente rechazó la posición colombiana sobre varias materias. Colombia considera que las formaciones menores del Archipiélago son colombianas. La Corte dijo "no" y decidió que Colombia deberá demostrarlo en el juicio. Colombia afirma que la delimitación entre Nicaragua y Colombia (a partir de la propiedad colombiana de las islas) ya está resuelta. La Corte dijo "no" y ordenó que luego de definirse la titularidad de los cayos, deberá iniciarse un proceso de delimitación. Colombia considera que La Corte no tiene competencia para intervenir en la delimitación. La Corte dijo "no" a Colombia y se declaró competente sobre la materia. Parecen temas lejanos, pero no lo son.
Ante Venezuela, Colombia ha recurrido desde el siglo XIX a mecanismos internacionales (no bilaterales!!!) para dilucidar las diferencias limítrofes. El camino de apelar a un tercero como la Corte de La Haya, ha sido propuesto por Colombia en diversas ocasiones desde los años 60 del siglo pasado, para buscar una salida a la delimitación en el Golfo. En el caso del Golfo, Colombia mantiene una posición diametralmente inversa a la sostenida en el caso ante Nicaragua.
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Para quienes estudian el tema de la delimitación de las áreas marinas y submarinas entre Venezuela y Colombia, el proceso de La Haya es un tema de seguimiento obligatorio. La probabilidad de que los dos países no alcancen un acuerdo sobre el Golfo es un horizonte bastante realista, pese a que el presidente Hugo Chávez en agosto pasado afirmó que era posible alcanzar una solución en breve plazo. Sin embargo, la actual crisis en las relaciones entre Caracas y Bogotá pareciera alejar aún más la posibilidad de que a corto plazo el tema del Golfo alcance alguna suerte de avance bilateral.
No pareciera que el actual gobierno colombiano esté en la onda de dedicarse al tema del Golfo de Venezuela, sumando un nuevo tema de tensión con Caracas. Lo del arreglo de la delimitación del Golfo, expresado en agosto pasado, habría sido un anuncio inconsulto hecho por Chávez desde Bogotá, el cual sorprendió y extrañó incluso al gobierno colombiano. El mantenimiento de un modus vivendi de ambos países en el Golfo garantiza que el tema delimitador se mantenga, por ahora, con baja presión. Incluso el gobierno Chávez dio marcha atrás, hace dos años, a su proyecto de otorgar concesiones petroleras en áreas bajo disputa con Colombia. Pero la sentencia de La Haya queda como un precedente sobre la perspectiva que reina en la corte internacional sobre temas de delimitaciones no resueltas en América.
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El caso por parte de Colombia ante La Haya está siendo conducido por Julio Londoño Paredes, actual Embajador colombiano en La Habana. Londoño comenzó a asesorar a la Cancillería colombiana desde los años setenta. Fue Canciller del gobierno de Virgilio Barco a partir de 1985. Fue el autor intelectual de lo que concluyó en la "Crisis de la Corbeta Caldas". Es un renombrado autor de textos sobre la delimitación de las fronteras colombianas. Junto a Londoño, está actuando Guillermo Fernández de Soto, vicecanciller en los años 80 y Canciller durante el reciente gobierno de Andrés Pastrana. De Soto fue el primer Secretario Ejecutivo de la parte colombiana de las Comisión de Asuntos Fronterizos Colombo-Venezolanos creada en 1989 por Carlos Andrés Pérez y Virgilio Barco. La presencia de ambos en el equipo que guía la estrategia ante Nicaragua, es uno ejemplo de la continuidad que el Estado colombiano mantiene en el tratamiento de sus temas limítrofes.
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La situación política boliviana alcanzó en las últimas horas una dimensión de crisis nacional. El gobierno de Evo Morales decidió aprobar, a toda costa, un texto de nueva Constitución. Si bien el texto ahora deberá ser sometido a referendo, los mecanismos de los cuales se valió el gobierno para votar y aprobar el texto, ha roto los pocos puentes institucionales que existían entre la oposición y el oficialismo.
La confrontación gobierno-oposición en el caso boliviano, posee un componente adicional que ha radicalizado la situación. El poder que la oposición mantiene en las regiones de la llamada Media Luna (los departamentos de Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando) en la fachada amazónica y brasileña de Bolivia, se ha convertido en un virtual movimiento secesionista. Lo que comenzó como movimientos federalistas de reivindicaciones regionales en procura de autonomía administrativa, han derivado en tendencias que rechazan a Morales y al modelo político centralista que promueve al Presidente. En medio del conflicto interno, Venezuela está presente como un actor dado el apoyo financiero, político y en servicios que tanto venezolanos como cubanos están prestando para apuntalar al gobierno de Morales.
En este contexto, Brasil y Chile han decidido involucrarse directamente para tratar de dar estabilidad a la tambaleante situación boliviana. Lula da Silva se prepara para viajar a La Paz y sellar acuerdos con Morales, quien recibe con brazos abiertos las nuevas inversiones brasileñas. Brasilia entiende que Bolivia forma parte de su inmediata zona de influencia y no está dispuesta a permitir la anarquización de su principal proveedor de gas.
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El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, está resultando un bullicioso rival de Hugo Chávez, en lo tocante a la autoría de polémicos asuntos. El ecuatoriano se ha adjudicado en los últimos meses, por lo menos dos ideas que igualmente Chávez reivindica como propias. Correa sostiene que es de su autoría la idea de eliminar la autonomía del Banco Central de Venezuela, tema que formara parte de la derrotada reforma constitucional presentada por Chávez. Según Correa, la idea se la expresó a Chávez en enero pasado en Caracas y el venezolano la asumió como propia. El ecuatoriano igualmente se adjudica como propia la idea de abandonar el dólar como moneda para las ventas de la OPEP. Oficialmente este es una propuesta hecha por Irán y Venezuela.
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