jueves, 19 de junio de 2008

Los Misterios de la Frontera Marítima y Sur Oriental - Frontera en Riesgo





Pompeyo Márquez


I.
El Caribe Insular es una región a la vez plural y singular.

Forma un conjunto geográfico: se trata de un vasto archipiélago en el mar Caribe, un conjunto de islas con paisajes similares y fenómenos naturales. Unidad y diversidad tal es la doble características del Caribe" (A. Bansart, USB).

Todas estas islas formaron parte de un gran complejo colonial donde las potencias europeas (Gran Bretaña, Francia, Holanda) pusieron sus pies en esta área. El proceso descolonizador permitió diferentes variantes en cuanto a su soberanía política, económica y militar. Podríamos tomar como ejemplo al Caribe Oriental que permanece con lazos aún muy fuertes con Gran Bretaña.

En el curso de décadas se han ido conformando diversas organizaciones que agrupan a todo el Caribe y Venezuela tiene participación en algunas de ellas como la Asociación de Estados del Caribe (AEC) y Petrocaribe, y otras como la Comunidad del Caribe (Caricom) y la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO), con las cuales sólo tenemos relaciones. Venezuela es el único país que tiene representación diplomática en todas estas islas, absolutamente en todas.

Las dificultades de idiomas con Aruba, Curazao y Bonaire (influencia holandesa), con las francoparlantes y angloparlantes no han sido obstáculos para adelantar esas relaciones. Si nos remontamos al pasado, a las luchas por nuestra independencia, encontraremos el papel desempeñado por muchas de ellas a favor de tal objetivo.

Venezuela ha sido a lo largo de su historia un gran aliado en la exigencia de independencia de estas islas. Dentro del proceso descolonizador nuestro país fue abanderado. Nunca faltó nuestra voz para reclamar la independencia de Guyana Británica. Betancourt en la Conferencia Panamericana (1948) celebrada en Bogotá (cuando el asesinato de Gaitán, El Bogotazo e inicio de nuevo de las confrontaciones armadas en Colombia), logró la resolución exigiendo la Independencia de Guyana Británica.


III.
Hacemos estas breves consideraciones para colocar un problema sumamente grave que está planteado con el Caribe Oriental.

Vamos a traer a colación un trabajo llamado Reflexiones, rico en contenido e información, del vicealmirante Elías Daniels, jefe de la Unidad Guyana de la Cancillería, muy fresco, es de abril de este año. Dice: "Consciente de sus limitaciones como Estados, ocho países (Anguila de las Islas Vírgenes Británicas, Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, Montserrat, Saint Kits y Nevis, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas constituyeron el 4 de julio de 1981, la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO)".

Este bloque de países cuestiona que Isla de Aves sea una isla, la califican de "peñasco", razón por la cual no genera plataforma continental ni zona económica exclusiva, sino doce millas.

Escribimos hace unas semanas en el diario Últimas Noticias (20/5/2008) las siguientes
" consideraciones: "Barbados, con el apoyo de otros países-islas del Caribe Oriental, ha desatado una campaña contra Isla de Aves. Reiterando una posición absurda de querer negarle la condición de isla a la que ha sido reconocida como tal muchísimo antes de que existiera el Derecho del Mar como lo conocemos en el presente".

La historia de Isla de Aves no ha sido fácil. Tanto Inglaterra como Holanda la han reclamado para sí.

Hubo un tiempo en que Estados Unidos la ocupó, y la explotó, sacó el excremento de decenas de millares de aves que la habitan, como fertilizante.

El 14 de enero de 1859 es reconocida la soberanía de Venezuela. El 30 de junio de 1865, la reina Isabel II de España dictó la sentencia arbitral en la cual declaraba que la propiedad de la Isla correspondía a la República de Venezuela, pero que este país quedaba en la obligación de indemnizar a los pescadores neerlandeses, en el caso de que fueran privados en el ejercicio de sus actividades en la citada isla. Holanda aceptó.

"Isla de Aves es el punto septentrional más extremo de la frontera de Venezuela. Situada en plena área central del Caribe, su posición la convierte en punto de referencia para la elaboración de muchos de los acuerdos limítrofes con los Estados caribeños" ( Las Dependencias Federales. Fernando Cervigon).

Venezuela, en función de Isla de Aves, limita en el Mar Caribe con Estados Unidos (Puerto Rico e Islas Vírgenes); Holanda (Saba y San Eustaquio); San Cristóbal-Nevis; Gran Bretaña (Monserrat); Francia (Martinica y Guadalupe); Dominica; Santa Lucía y San Vicente.

El último mapa de Cartografía Nacional (que parece que Chávez desconoce pues se pone a dibujar lo ya estampado, como si estuviera descubriendo el agua tibia) trae el arco completo de nuestro mar territorial, de la zona económica exclusiva y de la zona contigua.

Existen estudios en el antiguo Seconasede, con la cooperación del hoy desaparecido CNF, que plantean desarrollar la frontera norte, la marítima.

Lo grave de toda esta situación es que Barbados desconoce la delimitación con Trinidad-Tobago, quiere cerrar totalmente nuestra salida al Atlántico e incursiona en aguas venezolanas.

Ante todos estos hechos, que se vinculan con Guyana, Chávez guarda el más absoluto silencio. La Cancillería ni se diga. Este tema, como el guyanés, debemos colocarlo en el centro del debate sobre las fronteras hoy amenazadas por la guerrilla, el narcotráfico, los paramilitares y el hampa común.

¿Dónde está la Armada? No se entiende esta terquedad por parte de un grupo de islas que ha recibido, y recibe, de Venezuela toda clase de consideraciones. Estas agresivas posiciones han sido llevadas hasta Naciones Unidas.

En estas materias existía una política de Estado con un amplio respaldo nacional. Hoy la situación es más delicada porque la política exterior venezolana es personalista, ideologizada y partidista. La Cancillería prácticamente ha sido desmantelada. Esa política no expresa a la nación venezolana, sino los intereses sectarios de un grupo que rodea a un individuo que se cree dueño del país.

El vicealmirante Daniels precisa esta situación: "Durante 1997 Dominica, Antigua y Barbuda, St.

Kits y Nevis, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas enviaron comunicación al Secretario General de la ONU cuestionando el status concedido a Isla de Aves. A partir de 2001 y especialmente durante la 42º reunión de la OECO (8 de noviembre de 2005) esta posición se ha ido ampliando hasta la pretensión de desconocer los derechos venezolanos de soberanía sobre Isla de Aves".


IV

Este grupo de países no se detiene y también cuestiona la Delimitación de Áreas Marinas y Submarinas con Trinidad y Tobago, que contiene una pequeña apertura hacia el Atlántico y que se vincula con cualquier arreglo práctico que hagamos con Guyana.

Esta fue la última obra de Isidro Morales Paúl. Este gran amigo desaparecido hoy, me concedió en ese entonces el honor de presentar el folleto donde está explicada esta operación.

Consecuencia práctica de este desconocimiento es que Barbados incursiona en aguas venezolanas.


V.

Entremos al tema de las relaciones con Guyana. En síntesis lo que han planteado el embajador, el Presidente y el Primer Ministro Guyaneses es lo siguiente: Que en estos momentos Guyana y Venezuela están unidas política e ideológicamente.

Que están en un proceso de integración.

Que en consecuencia no hay cabida a ninguna reclamación.

Este es tema que está en manos del Secretario General de Naciones Unidas. Se rige jurídicamente, además, por el Acuerdo de Ginebra y el Protocolo de Puerto España.

Esta controversia data de 1999, cuando Chávez, apoyándose en la desclasificación de unos documentos de Estados Unidos en los que se traslucía que la reclamación se había acentuado por presiones norteamericanas, olvida que la reclamación surgió en el mismo momento cuando se dicta un Laudo Arbitral donde no tuvimos representación. En ese mismo instante lo declaramos írrito y nulo. El Acuerdo de Ginebra reconoció que había lugar para el reclamo y que la solución debía ser pacífica y práctica, insinuando que Venezuela no debía pensar en la posibilidad de rescatar los 159 mil kilómetros cuadrados de los que el imperio inglés nos había despojado.
Esta controversia data de 1999, cuando Chávez, apoyándose en la desclasificación de unos documentos de Estados Unidos en los que se traslucía que la reclamación se había acentuado por presiones norteamericanas, olvida que la reclamación surgió en el mismo momento cuando se dicta un Laudo Arbitral donde no tuvimos
representación
Cuando Venezuela reconoce la independencia de Guyana, deja a salvo la controversia.

El Dr. Kaldone G. Nweihed, uno de los más calificados expertos en Derecho del Mar, en el prólogo al libro del general y doctor Oscar Márquez, escribe: "Han pasado más de 35 años desde que la bandera de los triángulos de Guyana fuera izada a medianoche en Georgetown, tras ser arriada la del imperio británico, Venezuela nunca podría agredir a una nación vecina que nace volteando la página de un pasado colonial. En eso jamás se ha pensado ni se pensará. Pero otra cosa sería la búsqueda, por vía de la diplomacia y en un ambiente pacífico, ponderado y amistoso, de esa solución honrosa que satisfaga las aspiraciones de ambas partes hasta un punto compatible con los compromisos contraídos con sus pueblos y con la comunidad internacional" ( La venezolanidad del Esequibo. O. Márquez.

2002).

Esta era una política de Estado.

No se conoce qué piensa Chávez al respecto.

VI.
El vicealmirante Daniels recuerda que el 6 de septiembre de 2005 Petrocaribe se constituyó en una organización intergubernamental permanente. Y agrega: "El 11 de agosto de 2007 (nótese: dos años después, nota mía) durante la III Cumbre de Petrocaribe realizada en Caracas se adhieren Haití y Nicaragua. Diez países suscriben el Tratado de Seguridad Energética Petrocaribe (TSE). Belice, Cuba, Dominica, Haití, Jamaica, Granada, San Vicente y las Granadinas, Nicaragua, Surinam y Venezuela.

Mientras que Antigua y Barbuda, Bahamas, Guyana, República Dominicana, Santa Lucía y San Cristóbal-Nieves que habían participado activamente en los dos eventos anteriores no lo firmaron. Esta conducta demanda un análisis de los escenarios geoestratégicos venezolanos en el contexto de los intereses y las relaciones bilaterales y multilaterales" (Daniels, 2008).


VII.
Unas palabras finales. Es evidente que no todo es "miel sobre hojuelas" en nuestras relaciones con el Caribe Oriental y Guyana.

Que no es una cosa cualquiera el desconocimiento de Isla de Aves y nuestra soberanía sobre ella tal como lo hemos relatado. Y tampoco son un detalle cualquiera las relaciones ambientales con Guyana que habían llegado a un grado de racionalidad, como era la propuesta de la explotación conjunta de las riquezas naturales de la zona en reclamación y una salida al Atlántico.

Soy testigo de que se estaba cerca de una solución práctica y pacífica cuando Carlos Andrés Pérez. Entonces ello fue frustrado por tesis extremas.

Existe una propuesta del embajador Francisco Kerdel Vegas consistente en construir un Parque de la Paz entre Venezuela y Guyana en esa zona fronteriza. Este Parque estaría
en manos de Naciones Unidas y aumentaría pulmones vegetales para la humanidad. Esta tesis ha sido recogida por la doctora María E. Rodríguez Febres Cordero en su tesis de grado bajo la tutoría de la doctora Angelina Jaffé Carbonell y con el título de "La Reclamación del Territorio Esequibo: Una Propuesta Ambiental". Veamos la conclusión: "Debido a este rediseño del enfoque y en aras de buscar soluciones pacíficas y satisfactorias para ambas partes, así como la necesidad de impulsar la integración latinoamericana es que se puede afirmar que una Propuesta de Negociación Ambiental que incorpore un esquema de integración ecológico en el Territorio Esequibo podría ser viable, dado no solamente la experiencia de Guyana con la creación del Centro Internacional Iwokrama, sino la creciente preocupación de Venezuela".

La idea central del embajador Kerdel Vegas la desarrolla la tesista en esta forma: "Aplazaría indefinidamente su reclamación territorial con Guyana, siempre y cuando se rectifique la parte final de la frontera, la cual representaría una adquisición territorial pequeña para Venezuela, pero de importancia desde el punto de vista de la plataforma continental, la desembocadura en el Océano Atlántico del Río Orinoco".

Y agrega Rodríguez Febres: "En el caso de esta investigación, las ventajas más relevantes serían: El compromiso de crear un Parque Natural Universal en la Zona en Reclamación, negociando con Guyana la ubicación y dimensión del mismo; la creación del Parque Natural Universal ofrece ventajas ya que las cabeceras, la cuenca y la navegabilidad del Río Cuyuní quedarían resguardados y asegurados para el futuro. Asimismo, se evitarían problemas de indocumentados, contrabando, tráfico de drogas, entre otros; el mantenimiento y preservación de dicho Parque estaría a cargo de un Organismo Internacional como las Naciones Unidas; el financiamiento del Parque Natural Universal estaría integrado no solamente por las Partes, sino por las contribuciones que realice la Comunidad Internacional mediante aportes, donaciones y otros modos de financiamiento".

Es una idea que tiene simpatías en algunos sectores y vale la pena explorarla.

Lo que se conoce de Cancillería es lo expresado por el coronel Pompeyo Torrealba, que hoy se presenta como el principal asesor del canciller Nicolás Maduro en lo referente a Guyana. El planteamiento de Torrealba nos retrotrae a la época de Leoni, cuando se ceduló a decenas de guyaneses que votaron en aquel momento, en especial en el municipio Caroní. Tuve oportunidad de realizar esta investigación cuando Clemente Scotto era alcalde de dicho municipio y yo era senador.

El coronel Torrealba considera que el Territorio Esequibo es nuestro y por tanto todo aquel que nazca allí debe dársele la cédula venezolana. Además, extender los programas sociales hasta esa zona. Y concluye que no se trata de una frontera física sino de una frontera social. Silencio absoluto de Maduro.

Chávez, a quien tanto le gustan los temas internacionales, debe hablar sobre lo que acontece en nuestras fronteras marítimas y sur-orientales. Las fronteras venezolanas no son sólo las occidentales y, por cierto, debe aclarar si todavía Venezuela limita por occidente con las FARC.

Guyana, en un gesto sorpresivo, designó a su facilitador. Se espera que el Secretario General de Naciones Unidas designe al Buen Oficiante para que actúe en el marco de la
Carta de Naciones Unidas sobre la solución de conflictos y controversias por la vía pacífica y que Venezuela nombre su facilitador. El silencio de la Cancillería, sus dudas, su ausencia de profesionalismo, dejan en suspenso la posición del gobierno. Como diría ese amigo de toda una vida, Oscar Yanes: "Así son las cosas".

El Estado del la Reclamación sobre la Guayana Esequiba



La Guayana Esequiba mapa físico, tomado del Atlas Práctico de Venezuela del Diario El Nacional páginas 230 y 231, Caracas: C.A Editora El Nacional. 2003

El Estado del la Reclamación sobre la Guayana Esequiba


Sadio Garavini di Turno.

Ponencia presentada en el Foro Estado de la Reclamación sobre la Guayana Esequiba el 12 de Junio de 2008. Patrocinado por Centro Internacional de Formación Arístides Calvani; la Fundación Rómulo Betancourt y la Fundación Gual y España IFEDEC 12-6-2008


La reclamación venezolana sobre el territorio Esequibo tiene como marco jurídico y político fundamental el llamado Acuerdo de Ginebra, firmado el 17 de febrero de 1966, entre el Gobierno de Venezuela, por una parte, y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y el Gobierno de la Guayana Británica, por la otra. A los pocos meses, la Guayana Británica obtuvo la independencia con el nombre de Guyana, desde entonces, Venezuela está en un complejo proceso de negociación, básicamente, con el nuevo Estado independiente. En el preámbulo del Acuerdo de Ginebra, se afirma que cualquiera controversia entre las partes “debe ser amistosamente resuelta en forma que resulte aceptable para ambas partes”.(1)

En el artículo I del mismo leemos: “ Se establece una Comisión Mixta con el encargo de buscar soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la controversia entre Venezuela y el Reino Unido surgida como consecuencia de la contención venezolana de que el Laudo Arbitral de 1899 sobre la frontera entre Venezuela y Guayana Británica es nulo e irrito.”(2)

Desde 1966, oficialmente, Venezuela y Guyana mantienen dos interpretaciones mutuamente excluyentes del Acuerdo de Ginebra y parecen “enredadas” en dos equívocos monólogos. Guyana sostiene que el objeto del Acuerdo es, en primer lugar, establecer la validez de la contención venezolana de que el Laudo es nulo e irrito.

Se trataría, por tanto de una disputa esencialmente jurídica y los “posibles resultados de la controversia así definida serían o el de la afirmación de la validez del Laudo y con ello el cese de la reclamación venezolana y la consiguiente consagración del “status quo” existente o el del reconocimiento de la nulidad del Laudo y con ello la apertura de un nuevo proceso de delimitación. Tal nuevo proceso debería entonces, según Guyana basarse en el Compromiso Arbitral originario, el Tratado de Washington de 1897.” (3)

Venezuela, por su parte, afirma que no tiene sentido proponer una solución “práctica y mutuamente satisfactoria” a una controversia estrictamente jurídica. Además una “Comisión Mixta es una institución puramente política y difícilmente podría esperarse de ella un dictamen jurídico, sobre todo siendo las partes mismas los miembros de la Comisión. De ser jurídico su mandato los Comisionados se verían en la insostenible posición de ser juez y parte.” (4)

Negociar la validez o nulidad de un Laudo, más aún en una Comisión Mixta paritaria, es inconcebible. “La razón jurídica no es negociable: se tiene o no se tiene. Y difícilmente se confiaría a negociadores diplomáticos la función de adjudicar derechos.” (5) Por lo tanto, para Venezuela “el Acuerdo pone de lado el fraudulento Laudo de 1899”(6) y su objeto es el arreglo práctico de la controversia, satisfactorio y aceptable para ambas partes.

Efectivamente si, como lo plantea la posición guyanesa, la controversia se limita a establecer la validez o nulidad del Laudo, a primera vista, no se entendería la razón por la cual Guyana aceptó firmar el Acuerdo de Ginebra. Simplemente, se debería haber ido a la Corte Internacional de la Haya. Es indudable que, jurídicamente, para Guyana, el acuerdo de Ginebra es innecesario y deletéreo. Cheddi Jagan, el ya desaparecido ex Presidente de la república y líder fundador del Partido Progresista del Pueblo (PPP), actualmente en el gobierno, como jefe de la entonces oposición guyanesa, se opuso a la firma del Acuerdo de Ginebra y, en su obra “The West on Trial”, escribe al respecto: “El gobierno de coalición PNC-UF firmó conjuntamente con los gobiernos venezolano y británico el Acuerdo de Ginebra...y creó una Comisión Mixta (Guyana-Venezuela). Así se concedió reconocimiento a la espuria reclamación territorial venezolana y lo que era un caso cerrado desde 1899 fue reabierto.” (7)

Es interesante destacar que estas palabras del líder fundador del actual partido de gobierno guyanés admiten claramente que, con la firma del Acuerdo de Ginebra, Guyana concede reconocimiento a la reclamación venezolana y acepta reabrir el caso que, supuestamente, había sido cerrado con el Laudo de 1899. Para subrayar la debilidad sustantiva de la posición oficial guyanesa sobre el Acuerdo de Ginebra, considero relevante reproducir aquí un comunicado sumamente claro de otro importante partido político en la historia guyanesa, la Working People´s Alliance (WPA): “La firma del Acuerdo de Ginebra, por parte de Guyana, pone a nuestro país en una situación que limita considerablemente nuestra libertad de acción. Para Guyana insistir ahora en interpretar el acuerdo como un mero instrumento para ratificar el Laudo de 1899, el cual fue puesto en duda en Ginebra, en 1966, probará severamente la paciencia de todos los interesados. Es tiempo ya de decirle al mundo que Guyana está llevando a cabo una enorme auto decepción al afirmar que su posición es la firme defensa del laudo Arbitral de 1899. (El gobierno Burnham) debe explicarle al pueblo guyanés y al mundo, especialmente al Caribe, qué intención tenía al acordar en 1966 que la disputa debería ser resuelta en una forma satisfactoria tanto para Venezuela como para Guyana. Ya que, en 1966, el Laudo de 1899 no satisfacía más a Venezuela y por la propia evidencia del Acuerdo de Ginebra eso era bien conocido por Guyana, es el gobierno guyanés que debe decir qué es lo que entendía por una solución práctica de la controversia. Para el gobierno guyanés decir que considera al Laudo de 1899 como una solución definitiva y después ofrecer, en el Acuerdo de Ginebra, de trabajar para una solución práctica aceptable para ambas partes fue muy poco inteligente. Ningún encubrimiento puede ocultar el hecho que el régimen cometió un serio error.”
Las razones de la firma del Acuerdo de Ginebra por parte de Burnham hay que buscarlas en el plano político. La Gran Bretaña, veía en el acuerdo de Ginebra una fórmula elegante para “lavarse las manos” y dejar a las partes más directamente involucradas la solución de la controversia. Por tanto, el gobierno británico ejerció una fuerte presión sobre Burnham, especialmente al vincular la concesión de la Independencia a la aceptacióndel Acuerdo de Ginebra por parte del gobierno guyanés. Burnham, por su parte, percibía a la Independencia como un objetivo prioritario en función del mantenimiento del poder. En primer lugar, lograr la Independencia era, “eo ipso”, un objetivo que obviamente produciría jugosos dividendos políticos para su partido (PNC).

En segundo lugar, Burnham, desde el primer momento, resintió la limitación a su autonomía de acción que implicaba la continuada presencia del gobierno británico en su papel de árbitro supremo de las “reglas del juego”, en el sistema político guyanés. La desaparición, con la Independencia, de la Gran Bretaña del escenario, permitiría la modificación de esas “reglas del juego”, especialmente las electorales, en un sentido “favorable” a los intereses del PNC. Para Burnham, el “costo” político de la firma del Acuerdo de Ginebra era muy inferior a los “beneficios” de la Independencia.

Ahora bien, durante las últimas décadas, el gobierno guyanés, manteniendo su posición oficial, en diferentes oportunidades, extraoficialmente, ha aceptado explorar hipótesis de solución sustantiva de la controversia, con la esperanza de obtener a cambio algunas ventajas económicas, como el apoyo venezolano para el proyecto hidroeléctrico del Alto Mazaruni, la interconexión eléctrica, la financiación de la factura petrolera etc.

Es obvio que, en abstracto, con dedicación y mucha imaginación es perfectamente posible encontrar una solución “práctica”. Sin embargo el verdadero problema consiste en que esa solución debe ser satisfactoria y aceptable para ambas partes. Toda negociación internacional entre dos países es una negociación compleja, que involucra los intereses de numerosos actores sociopolíticos relevantes de los Estados, que participan en la negociación. En el caso que nos ocupa, tanto en Guyana, como en Venezuela, existen, figuradamente, dos mesas de negociación, una “externa” y otra “interna”.

La primera es la mesa oficial donde se sientan los negociadores de las partes: los gobiernos de Venezuela y Guyana. En la segunda mesa, cada gobierno debe negociar con los grupos “domésticos”, activamente interesados en el resultado de la negociación internacional. Un acuerdo en la mesa externa será políticamente viable, sólo si es aprobado en la mesa interna. Por tanto, una solución práctica y perdurable de la controversia sólo será posible cuando los gobernantes, en cada país, logren integrar una coalición mayoritaria de intereses internos que apoyen, o por lo menos acepten, el acuerdo negociado y alcanzado en la mesa externa.

Si tomamos en cuenta que la reclamación venezolana abarca 156.890 km2, de los 214.920 km2 que integran el “actual territorio” del Estado guyanés, reconocido por la comunidad internacional, alrededor del 70% del total, nos daremos cuenta de la peculiar dificultad de encontrar una solución práctica, aceptable y satisfactoria, no sólo para las partes “sentadas” en la mesa oficial, sino para los grupos de intereses integrantes de las mesas internas, en cada uno de los dos países. Las negociaciones bilaterales deberían seguir bajo los auspicios de un “buen oficiante”, que debe ser nombrado por el Secretario General de la ONU, con el consenso de las partes, en la actualidad las partes ni siquiera se han puesto de acuerdo para designar el sucesor de Oliver Jackman, fallecido en enero de2007.

Ahora bien, si Guyana nos sorprendiera un día aceptando oficialmente nuestra propia interpretación del Acuerdo de Ginebra y nos ofrece negociar un arreglo de la controversia, práctico, satisfactorio y aceptable para ambas partes, el Gobierno venezolano tendría un serio problema que resolver.

En efecto, es evidente, salvo para el ignorante, el iluso o el imbécil, que cualquier imaginativa solución práctica que un gobierno guyanés pueda amistosa, pacífica y realistamente aceptar, involucrará una parte considerablemente menor del área terrestre y/o marina en reclamación.

Es obvio que la recuperación pacífica, en el marco del Acuerdo de Ginebra, de la totalidad de la Guayana Esequiba es absolutamente irreal. Un Gobierno sensato, que quisiera seriamente enfrentar el tema de la reclamación, debería buscar un gran consenso nacional a través del diálogo y la negociación con todos los sectores fundamentales del país, incluyendo los medios de comunicación social, explicarle al pueblo venezolano que, pacíficamente, sólo es posible una recuperación muy parcial del Esequibo y diseñar e implementar una estrategia de Estado, para tratar de lograr una solución práctica a la reclamación. Desgraciadamente, consenso, diálogo y negociación, palabras fundamentales del vocabulario democrático, parece que no existen en el léxico de este gobierno.

El Acuerdo de Ginebra tiene el mérito de reabrir el caso y acabar con la invulnerabilidad jurídica del Laudo de París de 1899 y la presunción de cosa juzgada. Sin embargo, mientras no se logre la solución de la controversia, el Acuerdo deja a Guyana la ocupación y el dominio del territorio en reclamación, con las consecuencias y ventajas que eso significa.

No obstante, basándose en el artículo V del Acuerdo, todos los gobiernos venezolanos se han opuesto a que Guyana otorgue unilateralmente concesiones y contratos en la zona en reclamación. El propio presidente Chávez, el 19 de marzo y el 1 de abril de 2000, expresó su enérgica oposición al otorgamiento de una concesión a la empresa estadounidense Beal Aerospace Technologies, para construir una plataforma de lanzamiento de satélites en el Esequibo. Obviamente, el mantenimiento del “status quo” es, para Guyana, una alternativa preferible a un acuerdo negociado, que implicaría algún tipo de concesión territorial a Venezuela.

Por tanto, la posibilidad de desestimular los proyectos de inversión foránea en el Esequibo era una de las escasas herramientas que Venezuela tenía, para deteriorar las ventajas que la posesión del territorio le concede a Guyana. En marzo del 2004, en cambio, el Presidente Chávez declaró que Venezuela no se oponía a que Guyana otorgara unilateralmente concesiones y contratos a compañías multinacionales en el Esequibo, con lo cual acabó con casi 40 años de diplomacia venezolana y entregó unilateralmente y, a cambio de nada, una de nuestras pocas armas de negociación.

Desde entonces, Guyana tiene una poderosa razón más para no negociar. El “status quo” se ha vuelto todavía más favorable para los intereses guyaneses. “Más que un error se trató de una solemne estupidez”, diría el gran Talleyrand. Además el entonces Canciller Pérez insultó la inteligencia de los venezolanos, al afirmar que esta concesión graciosa y gratuita se hizo para evitar que el Esequibo se convierta en “tierra de nadie” y, para colmo, cual Pangloss redivivo, nos aseguró que “con ese gesto hacia Guyana, todos vamos a ganar”. En realidad, con esta irresponsable e improvisada decisión, al alejar aún más la solución negociada de la controversia, todos perdimos, sobretodo Venezuela.

En febrero del 2007, el Presidente Chávez afirmó, y desde entonces lo ha repetido en varias ocasiones, que la reactivación de la reclamación venezolana sobre el territorio Esequibo en 1962, por parte del Gobierno de Rómulo Betancourt, fue producto de la presión de los Estados Unidos, supuestamente interesados en desestabilizar el gobierno autónomo (pero todavía no independiente) del Primer Ministro de la entonces Guayana Británica, Cheddi Jagan, quien era un marxista –leninista confeso.

Al parecer, el Presidente Chávez repitió una declaración similar del embajador guyanés en Caracas, Odeen Ishmael, a un periódico de su país. El mismo embajador, en una entrevista concedida a El Nacional, sustentándose, en esa declaración presidencial y en la supuesta hermandad entre los dos gobiernos “socialistas y antiimperialistas”, afirmó que el Presidente Chávez debería “dar un paso al frente para retirar el reclamo venezolano. El Embajador Ishmael es un académico con un Phd en Educación y una excelente formación histórica y, en efecto, su afirmación de que los EEUU presionaron a Venezuela para que reactivara su reclamación territorial, aunque incierta, tiene cierta credibilidad histórica.

Recordemos que en 1961, en plena “Guerra Fría”, la Cuba castrista se pasó al bloque de la Unión Soviética y en abril de ese año se dio la fracasada invasión de Bahía de Cochinos. En el gobierno de EEUU, se desarrolló la llamada “no second Cuba policy”, que se convirtió en el eje central de la política exterior norteamericana hacia la América Latina y el Caribe, durante la mayor parte de la década de los ’60.

En ese contexto, una Guyana independiente, con Jagan al poder, tenía, a los ojos de Washington, todas las características de una potencial “segunda Cuba”. Por su parte, el Gobierno de Betancourt se enfrentaba, en los primeros años de la década del ’60, a un movimiento insurreccional, que era inspirado y financiado por Cuba, dentro de la tesis guevarista de la “exportación de la revolución”. En 1962, Betancourt, tuvo que sofocar dos sangrientos conatos de golpe de Estado, conocidos como el “Carupanazo” y el “Porteñazo”, provocados por la infiltración de elementos “castristas” en la Fuerzas Armadas.

La coincidencia de intereses entre Betancourt y el Presidente Kennedy es evidente. Betancourt necesitaba el apoyo norteamericano para enfrentar tanto la insurrección izquierdista, como las conspiraciones de la derecha militarista, auspiciadas hasta su muerte, en mayo de 1961, por el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo.

También, a nivel económico, Betancourt requería del apoyo norteamericano por la grave crisis, que se desató por una caída de los precios del petróleo. Para Kennedy, la democracia representativa venezolana era el modelo alternativo a la Cuba castrista en América Latina. Un modelo para ser atractivo debe ser exitoso, por tanto gran parte de la política de Kennedy hacia la América Latina pasaba por el éxito del experimento democrático venezolano.

En el marco de esta “special relationship”, entre Kennedy y Betancourt, reafirmada en lo personal durante la visita de Kennedy a Caracas, a fines de 1961, no es inconcebible la hipótesis de un acuerdo Betancourt-Kennedy de utilizar la reclamación venezolana para impedir el surgimiento de una “segunda Cuba” en el hemisferio.

Para Venezuela no se trataba solamente de aprovechar una coyuntura histórica única, para recuperar el territorio perdido con el injusto Laudo Arbitral de 1899, sino de evitar el establecimiento de un régimen que, podría convertirse en una base de apoyo para un potencial foco guerrillero en el oriente del país.

Ahora bien, un acontecimiento, que tiene credibilidad histórica, no necesariamente es verdadero. Obviamente, el gobierno de Betancourt buscó y logró el apoyo de la administración Kennedy, por la mencionada coincidencia coyuntural de sus intereses, al respecto. Coincidencia, por cierto , que se terminó , después de la muerte de Kennedy, con la llegada al poder en 1964 de Burnham , que, en esos años, enfatizaba ,hábilmente, su anticomunismo, para obtener el apoyo de los EEUU y de la Gran Bretaña, para sus aspiraciones.

En efecto, con Burnham al poder, los EEUU dejaron de apoyar nuestra reclamación En realidad, la posición guyanesa es una absoluta falsedad histórica. La reactivación de la reclamación fue un proceso absolutamente autónomo, dentro del gobierno venezolano, provocado por la inminencia de la independencia de Guyana. Además, es obvio por todo lo dicho que, siendo Guyana en 1962 una colonia británica, para evitar que, en el futuro Estado independiente, surgiese un gobierno filocomunista no fue necesario “utilizar” la reclamación venezolana, sólo bastó que el Gobierno Británico postergara la independencia hasta que Burnham y sus aliados anticomunistas ganaran las elecciones.

Más recientemente, el Canciller y el Primer Ministro guyaneses han reiterado el llamado del Embajador Ishmael para que Venezuela abandone definitivamente la reclamación, sustentándose en las declaraciones del Presidente Chávez, que, increíblemente, asume la posición de los grupos más radicales del Gobierno guyanés, deslegitimando políticamente la reclamación en sí, al afirmar que fue sólo un espurio instrumento de la Guerra Fría.

El Premio Nobel mexicano Octavio Paz dijo que la “ceguera biológica impide ver, pero que la ceguera ideológica impide pensar”. Efectivamente, la “ceguera ideológica” del Presidente Chávez le impide defender los derechos de Venezuela, en relación con la reclamación del Esequibo y nuestra “salida libre” al Atlántico, en la cual están en juego enormes potenciales de hidrocarburos.

Para colmo, pasó casi totalmente inadvertida la increíble declaración del Presidente Chávez en la cual afirma que, si Colombia permitiese la instalación de una base norteamericana en la Guajira, entonces Venezuela reclamaría de nuevo la soberanía sobre la totalidad de esa península. La ignorancia y la irresponsabilidad que tal declaración manifiesta son impresionantes, antes que nada la soberanía, se tiene o no se tiene, o crees que, en derecho, la Guajira es nuestra y la reclamas o te callas. El supuesto derecho sobre la Guajira no puede depender de si hay o no una base norteamericana. Pero lo absurdo del caso es que los límites terrestres, a diferencia de los marinos y submarinos con Colombia, están definidos, delimitados y, en buena parte demarcados, a la luz del Tratado de Límites de 1941. En otras palabras, el caso de los límites terrestres con Colombia es un caso jurídicamente cerrado. El Presidente Chávez dio esta declaración frente a una audiencia militar y concluyó afirmando, entre aplausos, que ni un milímetro más de nuestro territorio sería entregado.

En cambio, en cuanto a nuestra reclamación de la Guayana Esequiba, que, como hemos visto, está jurídicamente abierta, las acciones y omisiones del Gobierno Chávez parecen que están preparando el camino para el abandono unilateral y gratuito de la reclamación venezolana, perjudicando, el patrimonio, los intereses y el honor de esta y las futuras generaciones de venezolanos. Sin ningún tipo de reparación para Venezuela, la parte históricamente agraviada, no se cierra sanamente la controversia. Habrá muchos venezolanos, en esta y en las próximas generaciones, que considerarán ilegítima e inaceptable esta supuesta “solución” del diferendo histórico.




Notas


1. República de Venezuela, MRE, “Reclamación de la Guayana Esequiba”, Documentos 1962-1981, p.73
2. Ibídem p.74
3. Guerón Carlos, “ La controversia Venezolana Guyanesa: Las Opciones”, en Serbin A. ed., Geopolítica de las Relaciones de Venezuela con el Caribe, Caracas 1983, p. 198
4. Ibídem
5. Ibídem
6. Zambrano Velasco J.A., Discurso ante el Congreso de la República, Caracas, 17 de junio 1982, p. 14
7. Jagan Cheddi, “The West on Trial”, Seven Seas Books, Berlin, 1975, p.395.



Como citar esta Ponencia:
Sadio Garavini di Turno El Estado del la Reclamación sobre la Guayana Esequiba. Ponencia presentada en el Foro Estado de la Reclamación sobre la Guayana Esequiba en el IFEDEC. 12 de Junio de 2008, http://laguayanaesequiba.blogspot.com/.

VENEZUELA: TRAICIÓN SIN LÍMITES...

Gral.Division (Ej.) Oswaldo Sujú Raffo.

Tomado del Semanario La Razón



No es posible tanta indiferencia y tanta complicidad, por lo que actualmente
sucede en nuestro territorio Esequibo. No menciono al gobierno, porque es
el responsable de lo que pasa en ese territorio patrio, por el delito de
alta traición que comete el presidente ó El Supremo y su ignara Cancillería,
al entregar ese pedazo de Venezuela al régimen guyanés. No menciono a los
partidos políticos , porque su interés actual es la carnestolenda electoral
y sus "cuadres" con el régimen , (salvo COPEI que se pronunció sobre el
latrocinio del esequibo ) y no nombro a las FAN, porque los que las
"comandan", son más responsables y cómplices que el mismo gobierno , por la
simple razón de incumplir el sagrado juramento de su propia existencia
institucional...¡Defender la Patria a consta de perder la vida!

No se había visto en nuestra Historia tan alta traición a la Patria. Solo
haré énfasis en ese territorio de 160.000 kms2, reconocido por Inglaterra en
1824 y usurpado por ella misma en 1899, después de un írrito, tramposo y
pérfido laudo arbitral, al conocer las inmensas riquezas que atesoraba . El
gobierno de Venezuela, en 1962, inició la reclamación de nuestro esequibo,
ante la O.N.U de manera unilateral, sin ninguna "presión del Imperio" y no
como dijo el ignaro y deslenguado El Supremo. En 1966 logramos que
Inglaterra, Irlanda y su Colonia La Guayana Inglesa, firmaran con Venezuela
el Acuerdo de Ginebra , para buscar por la vía pacífica la solución a la
contención venezolana . Los gobiernos democráticos posteriores, mantuvieron
una cohesión y continuidad en la reclamación, sin lograrse acuerdos
definitivos por la intransigencia y terquedad de los gobernantes de Guyana,
que dejó ser colonia en ese mismo año de 1966..¡Qué pérfida Albión !

Con la llegada de El Supremo al poder y en medio de su fantasía socialista
roja rojita, entre los aplausos del CARICOM y las consejas de bandidos de
baja extirpe, pendientes solo de las "comisiones", el régimen en la voz del
propio "comandante-presidente" dió luz verde para que Guyana, usurpara
abiertamente nuestro territorio esequibo, explotara nuestras riquezas y
arrinconara a Venezuela en el este atlántico. Para todos los compatriotas,
civiles y militares, que aún les duele la Patria mencionaré algunos
proyectos conocidos, que adelantan Guyana y el Brasil, en nuestro territorio
esequibo : 1- Carretera Boa Vista-Bonfin- Lethem-Georgetown. 2- Puente sobre
el río Esequibo. 3-Puente sobre el río Mazaruní. 4- Puente sobre el río
Cuyuní. 5-Puerto de aguas profundas, en el atlántico venezolano. 6-Complejo
hidroeléctrico en el Alto Mazaruni, con lineas de transmisión hasta Boa
Vista e incluye una planta de fundición de aluminio. 7- Planta
hidroeléctrica de Amalia, sobre el río Potaro. 8- Puente sobre el río Tukutú
9- Múltiples concesiones para la explotación de maderas, de minerales
preciosos a empresas mundiales ( Russol, Goleen Star, Vanessa Venture Ltd,
etc) y la exploración de hidrocarburos en nuestras aguas nacionales en el
Atlántico...¿Y cuantas otras cosas desconocidas hasta ahora ? Tanto este
régimen dizque "nacionalista" como los otros Estados usurpadores, deberán
responder mañana por el latrocinio que cometen en nuestro suelo esequibo .
Es necesario hacer cumplir la ley en esta Venezuela que es tuya, mía y
nuestra. La Patria es primero y lo demanda ¡Hasta luego!

jueves, 5 de junio de 2008

Carta Pública al Señor Samuel Hinds, Primer Ministro de Guyana

Caracas 03 de Junio de 2008

Excelentísimo
Señor Samuel Hinds
Primer Ministro de la
República Cooperativa de Guyana.-

Con todo respecto me dirijo a usted y a la opinión pública nacional en la oportunidad de responder a sus declaraciones dadas a la periodista Valentina Oropeza (10 de Mayo de 2008), en la sección Mundo y donde usted repitió una serie de falacias que no se corresponden con la verdad histórica por las siguientes razones:

Primero. Quien menciona por primera vez el Memorándum de Acción fue el Presidente de Guyana Jagdeo Bharrat, declaración reproducida posteriormente por El Diario el Nacional el 10 de marzo de 2005, reseñada dos días más tarde en la columna del periodista Díaz Rangel y vociferada por el Presidente Hugo Rafael Chávez. Por cierto entre los cincuenta y ocho documentos desclasificados publicados en la página web (www.guyana.org/govt/declassified_documents.html) de su gobierno no aparece el tan nombrado memorándum y le invito a usted, de existir el mismo, a publicarlo en ella. De lo contrario para nosotros los venezolanos, no existe y de existir lo consideramos apócrifo. Por no ajustarse a los hechos históricos.

Segundo
. La información que apareció bajo los títulos “Revelan injerencia venezolana en política de Guyana” y “Venezuela y el Golpe en Guyana”, no es cierta en virtud de que para el año de 1964, Guyana era simplemente todavía Colonia de la Guayana Británica.

Tercero. Respecto a que el “...litigio fue promovido por los EE.UU, que utilizó a Venezuela como medio para invadir a Guyana...” le sugiero a su Excelencia, a su Embajador, a su Canciller y al Presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías leerse el artículo 7º de la Constitución de la República de Venezuela de 1961, aprobada el 23 de enero de ese año.
Su redacción es producto de la frustración de un pueblo de su deseo de reivindicar los territorios arrebatados, del pacto social y del acuerdo de los partidos políticos incluido el partido Comunista Venezolano (PCV) que independientemente de su posición ideológica aprobó la referida constitución con lo que demuestra fehacientemente que la reclamación de la Guayana Esequiba es un proceso inédito y originario venezolano.

Cuarto. Le aclaro además que Venezuela nunca ha invadido a Guyana, todo lo contrario, ustedes tienen posesión de unos territorios venezolanos que fueron invadidos y usurpados.

Quinto. En referencia a que usted confía en que la mayoría de los venezolanos acepte que el diferendo “...fue promovido por fuerzas extranjeras y le dé paso...”y/o “Espero que los venezolanos olviden este episodio y dejen que las cosas sigan su curso”, le preciso lo siguiente:

Los venezolanos no podemos aceptar bajo ningún concepto su pedimento.

En primer lugar porque existen innumerables evidencias documentales en el Foreing Office, Colonial Office, Libray of Congress USA, y testimonios por escrito de Joseph Chamberlain, Lord Salisbury, Sir Julian Puncefonte, Richaard Olney, Benjamin Harrison, Sir Richard Webster, Markus Baker y otras más, que señalan que en 1899 se cometió un fraude en contra de Venezuela y por lo tanto el territorio en reclamación en el Esequibo es venezolano.

Por ello, no podemos olvidar la afrenta y la humillación de la que fuimos objeto por Gran Bretaña, por los jueces norteamericanos, y abogados en quien confió plenamente la Nación venezolana, para que la representaran y defendieran sus intereses en París en 1899. Demuestra querer desconocer los acontecimientos, sucesos historicos y mala fe el hecho de insistir que fue los Estados Unidos de Norteamérica el que instigara a Venezuela para la reclamación en el Esequibo, tal y como lo señalan el Sr. Embajador Odeen Ismel, el Canciller de Guyana Samuel Rudolph Insanally y el mismo Presidente Hugo Rafael Chávez.

En segundo lugar, cree usted que los cientos de amerindios Arawak, Waspihana, Akawaio, Patomana, Macuchi, Wai Wai puedan olvidar lo sucedido al apostar pertenecer a Venezuela y estar bajo la protección de su Constitución amplia y democrática con el hecho conocido como la “Revuelta del Rupununi”. Piensa usted que ellos podrán borrar de sus memorias la manera en que fueron perseguidos, desalojados de sus territorios ancestrales, incendiadas las casas, sometidos a despiadadas torturas, violadas sus mujeres a través de esa terrible operación de “limpieza étnica” que las Fuerzas de Defensa de la República de Guyana instauró en la región del Rupununi y el Mazaruni.

Y los venezolanos tampoco podemos olvidar lo sucedido, al igual que el írrito Laudo de París de 1899 y mucho menos dejar que las cosas sigan su curso. Porque esos habitantes del Rupununi y Mazaruni querían formar parte física y espiritual de Venezuela según las propias palabras de Valerie Hart y que en su aspiración fueron vejados y humillados. Le invito a buscar el Sunday Graphic del 4 de enero de 1969 donde al Coronel Ronald Pope, Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Defensiva de Guyana para esa época, se le denomina el “carnicero del Rupununi”

Sexto. En referencia a que su “... posición ha sido, y es, que el laudo de París de 1899 estableció los límites tradicionales y vivimos con eso...”
Estimada Excelencia Samuel Hinds, ese Laudo Arbitral de 1899, es nulo de toda nulidad porque hubo “exceso de poder”, porque no se observó la obligación fundamental de respetar los límites establecidos en el Compromiso arbitral; porque los “Fallos fundados en documentos falsos “, entran en el campo de la nulidad; porque hubo “falta de motivación en el laudo” y ese fallo tan sólo tiene dos párrafos, ambos resolutivos y directos. No hay una palabra que exponga, explique o justifique las causas, razones o motivos que sirvieron para dictar la sentencia; porque “el Laudo debío ser de estricto derecho, y fue de transacción circunstancial y político”. De acuerdo con el Compromiso Arbitral, era el arbitraje de estricto derecho. Y el Laudo tenía que corresponder al carácter y naturaleza del arbitraje convenido; es decir, ser un fallo de derecho.

Y si ustedes, los políticos de Guyana viven con un fraude producto de una falsedad, nosotros los venezolanos viviremos con una verdad.

Séptimo. En referencia a que “...la integración no admite reclamos territoriales...” Le diré que sobre la mentira y el engaño no se puede construir absolutamente nada. La historia es cíclica y nos ha enseñado con suma dureza que los conflictos territoriales no resueltos poseen en las sociedades una alta carga de emotividad y energía latentes en el subconsciente de ellas por generaciones hasta que por combustión espontánea estallan.

Para finalizar su Excelencia, en medio de las convulsiones y complicaciones que conmueven al mundo de hoy, existe el anhelo por parte de la Nación venezolana que se repare la injusticia que se cometió por los territorios de la Guayana Esequiba; que se purifique el derecho internacional de las impurezas que lo han desacreditado. Sólo reclamamos el derecho justo; el tratado justo que es el que perdura aun después de haberse modificado los elementos circunstanciales que lo determinaron.

Atentamente

Dr. Oscar José Márquez

domingo, 1 de junio de 2008

IGNORANCIA TERCA EN CASTILLESTES...!

G.D Oswaldo Sujú Raffo.
Publicao en el Semanario La Razon del 31 de Mayo de 2008

Como dice el popular refrán: “Para meterse a brujo...hay que conocer de hierbas...”Tal vez no fué la intención de perjudicar la posición de Venezuela, en futuras instancias internacionales, pero la “firma” del Acta de Castillete Siglo XXI in situ, por uno de los más conspicuos teóricos de la revolución roja rojita, William Izarra, reseñada recientemente por un diario de circulación nacional y con respuesta inmediata por la Cancillería colombiana, me obliga a opinar sobre ese hecho. Como “cada quién arrima la brasa para su sardina” , los neogranadinos dieron la respuesta acostumbrada y no se metieron en honduras...

El sábado 03 de Mayo, en Castillete se efectuó un acto, en donde Izarra y un grupo de asistentes, elaboraron un documento firmado, como parte de la II Reunión de Castillete. En el mismo se menciona que allí es el “inicio de los límites de la Patria” y otras consideraciones más...Todo muy emotivo y plausible por el gesto, ante tantos agravios a nuestra soberanía ocasionados por la ignorancia del propio Presidente de la República. Pero, Sr. Izarra, usted se equivocó o demostró ignorar cual es la verdadera realidad de nuestros límites en la Goajira.

Usted y todos los que pertenecen al régimen, civiles y militares, deben de entender y de leer y releer que nuestro territorio nacional al occidente, NO comienza en Castillete! Cuando el Canciller colombiano, recientemente, afirmó que los límites entre los dos países estaban ya delimitados, pues dijo la verdad. El Laudo de Madrid de 1891 y el Laudo Suizo de 1922 , así lo indican y así fué aceptado por Venezuela, a pesar de las trácalas que nos hicieron en la Real Corte y de los “maletines” que surcaron los mares para la época...eso es Historia poco contada ! Pero también es cierto que todavía en la Goajira NO SE HAN DEMARCADOS esos límites, de acuerdo a lo estipulado y ordenado por el Laudo de 1891.

De tal manera que Castillete o el Hito 1, no tienen validez jurídica, no se mencionan en el Laudo y son nulos de toda nulidad. Sr. Izarra, revise el contenido del mencionado laudo español, en especial la Sección Uno, Goajira y trate de convencer a El Supremo de que, antes de seguir con tanta belicosidad contra Colombia, más bien trate de acordar la correcta demarcación de nuestra fronteras, en ese sector tan agreste y alejado de nuestra Patria.

Recuerde que la Cancillería neogranadina es excelente y no “pela” errores como el suyo. Aunque usted le debe una explicación al pueblo y a sus FF.AA.NN por el pérfido y absurdo acto en Machurucuto, donde celebró la invasión cubana en 1968 a nuestro suelo, deseo aclararle como Presidente del IDEFV que soy, que nuestro inicio de fronteras con Colombia es el Mogote de Juyachí, punto cercano al Cabo de Chichivacoa y al oeste de Punta Espada, al norte de la península de la Goajira y no donde usted ignaramente lo testificó.

Hasta cuando la terca ignorancia de muchos, empezando por El Supremo, seguirá lesionando la soberanía de esta Venezuela tuya, mía y nuestra?
La Patria es primero y pasará factura...Hasta luego!

La Guayana Esequiba Soberania sin Dolientes...

G.D Oswaldo Sujú Raffo.
Publicado en el semanario la Razon el 24 de Mayo de 2008

Hace algunos años cualquier información, afirmación o hechos notorios que significara violación a nuestra soberanía nacional, sea de manera expresa ó potencial, levantaba una reacción en cadena en toda la sociedad venezolana. Los casos del Golfo y del territorio Esequibo movieron voluntades y protestas a todo lo ancho y largo del país nacional.

Desde la voz de un político orador, hasta una insubordinación masiva de cientos de profesionales militares, pasando por escritos y manifiestos de prensa, entrevistas por radio y televisión, sin dejar de mencionar las agresivas manifestaciones estudiantiles, con su acostumbrada lluvias de piedras y cauchos quemados, mientras los bomberos y la “ballena” refrescaban el lugar de juveniles protestas y de gente de pueblo...

Al fin quedaba un mensaje al Gobierno de turno, y este era, que los venezolanos de entonces no estábamos dispuestos a permitir nuevos despojos territoriales o marítimos, a ninguna potencia extranjera y que teníamos que luchar por recuperar lo nuestro.
Hoy, apreciados lectores, tenemos una gran paradoja que a los verdaderos patriotas nos arrecha la sangre: En un gobierno “revolucionario”, militarista y de motivación bolivariana, hemos presenciado las mayores entregas de soberanía nacional, en tierra y mar, todo por favorecer un proyecto político de El Supremo.

Lo peor es que nadie ha protestado, salvo las voces solitarias que tienen que rogar, infructuosamente, a los grandes diarios y medios para que le den la oportunidad de alertar a sus conciudadanos. El desconocimiento de la problemática fronteriza por el Gobierno, la supina ignorancia de quienes dirigen la Cancillería criolla, el sórdido silencio de los líderes de la Institución Armada y la complicidad de la dirigencia de politiqueros, inmersos en la carnestolendas electoral, aunado a la indiferencia de quienes deben por prensa, radio y tv mantener una constante vigilia de nuestro patrimonio histórico, ha permitido una situación de virtual despojo de suelo patrio, delante de nuestras propias narices. Las desviaciones y las políticas “chicharroneras” de El Supremo, por buscar votos y apoyos exógenos han fulminados los esfuerzos reivindicadores de otrora.

Hace días, Samuel Hinds, Primer Ministro de Guyana estuvo en el país, participando en la reunión del Consejo Suramericano de Energía y tuvo el tupé de afirmar que:“El diferendo por el territorio Esequibo, no tiene validez...Que Guyana mantiene sus límites del Laudo de 1899...Que los venezolanos debemos olvidarnos de ese asunto, pues la integración de la región no admite reclamos territoriales...” Y no hubo respuesta de nadie, a esa grosería en nuestra cara!

Para finales de año, el Brasil inaugurara un puente sobre el río Tucutu, que une el estado de Roraima con nuestro territorio Esequibo, así enlazar la carretera que atraviesa ese territorio con el Brasil y que finalizará en la Guayana Francesa...Y no hubo reclamo de nadie a esa agresiva proyección del Calha Norte brasileiro!!! No hay perdón para tanta traición a la Patria.

A estos depredadores les damos petróleo y electricidad, casi gratis, para que nos despojen de lo que ancestralmente y jurídicamente es nuestro. Mañana se necesitarán los hombres y mujeres necesarios, para rehacer esta Venezuela que es tuya, mía y nuestra. La Patria es primero. Hasta luego!!